AMOR
El amor es el sentimiento
más importante de los seres humanos. El amor es comprender, servir,
dar, compartir, querer, respetar y convivir. A través del amor
podemos compartir cosas buenas y malas con los que nos rodean. No
sólo sentimos amor por nuestros padres, sino también por nosotros
mismos, por nuestros semejantes y por el medio ambiente que nos
rodea.
En nuestra familia, gracias al amor, participamos de las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo... cuando nos sentimos apreciados, respetados y comprendidos, mejoramos la convivencia y fomentamos los buenos valores. El amor les ayuda a cada uno de sus miembros, especialmente a los hijos, a que desarrollen todas sus potencialidades para que logren alcanzar lo más cerca posible sus objetivos en la vida.
Enseñar el amor a los niños El lenguaje que usamos con los niños es vital. Las palabras denotan aceptación o rechazo, amor o desprecio. Las palabras son el vehículo del buen trato, o mal trato. De modo que, inicialmente, en el hogar, está la fuente o cimiento para comenzar a tratar bien a los hijos, aceptando que son niños, y todo lo que ello implica.
Enseñar el amor, aprender a amar, cuidarlo y comunicarlo, así como proyectarlo a la sociedad: Es en el seno familiar donde se deben cultivar los valores del ser humano, enseñarlo a pensar, a profundizar, a reflexionar, hacerle ver y sentir que el respeto es el guardián del amor, así como la honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud, entre otros. Es ahí en la familia, donde nos invitan a ser creativos en el cultivo de la inteligencia, la voluntad y el corazón, para poder contribuir y abrirnos a la sociedad. El amor de la familia por tanto debe también trasmitirse a la sociedad.
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